Tecnicatura Superior en Asistencia Gerontológica

El  Técnico Superior en Asistencia Gerontológica será competente en la medida que:

Posea los fundamentos científicos que sustentan su profesión,
Sea capaz de desarrollar su actividad profesional junto a los ancianos favoreciendo la calidad de vida del mismo y de su familia,
Ejerza su rol profesional con principios éticos y axiológicos, logrando  coherencia y confianza a su accionar,
Sea capaz de compartir y de vivir con los adultos mayores, experiencias que lo enriquezcan a ambos como personas
Sea capaz de crear espacios de acompañamiento, diversión, entretenimiento y reflexión conjunta.
Pueda constituir equipos multidisciplinarios para elaborar propuestas adecuadas según las circunstancias y situaciones en los que se encuentre el adulto mayor.
Tenga una capacidad de perfeccionamiento y de actualización constante en función de lograr una superación y una adecuación a los nuevos desafíos que la sociedad y su función profesional requerirá
 El  Técnico Superior en Asistencia Gerontológica deberá ser capaz de:

Alcanzar un adecuado desarrollo de sus potencialidades que sean el sustento de una ajustada personalidad, reflexiva, criteriosa, comprensiva, alegre, motivadora, participativa, mediadora, solidaria.
Incorporar una jerarquía de valores propia, pero respetuosa de los que conforman la tradición histórico – cultural cristiana, nacional y regional, e integrada con actitud abierta para otras culturas y pueblos.
Ser consciente de su responsabilidad individual y social, manifestada en el recto uso de su libertad y en la conquista de hábitos de auto conducción, de organización de asistencia, de disciplina y de superación constante en su quehacer técnico profesional.
Poseer una capacitación teórica y práctica idónea y competente, que lo habilite para el trabajo de proyectos interdisciplinarios sobre la prevención, promoción, protección y recuperación de la salud y calidad de vida del adulto mayor.
Lograr una preparación suficiente que le permita descubrir que la realización auténtica del hombre, supone una formulación del sentido último de la realidad de la realidad que vive y, por lo tanto, una reflexiva toma de postura personal, comunitaria y comprometida en lo moral, lo vocacional, lo social, lo cultural y lo religioso.